miércoles, 21 de marzo de 2012

4# "El alumno misterioso"

P.d.v: Mario Suárez.

Mario se levantó de la cama. Cogió su nuevo uniforme y lo observó con curiosidad. Era diferente. Se componía por una sudadera azul muy oscuro con rayas negras en los brazos que iban de los hombros a las mangas. La parte de abajo eran vaqueros negros. Nunca había llevado uniforme, pero estaba seguro de que normalmente no eran así. En la sudadera, sobre el pecho, estaba el emblema del Midnight High School.

P.d.v de Valentina Galán.

Valentina y David se encontraban en la planta baja del instituto, sacando los libros de la taquilla. Eran unos rectángulos no demasiado espaciosos de color azul muy oscuro.
Una vez habían cogido los libros cerraron de un portazo las taquillas. Valentina estaba de mal humor, de muy mal humor mejor dicho, por el tema de la caja. ¡Tardaría siglos en conseguir un hechizo para abrirla! La única forma de abrir el recipiente de cristal era con uno de los hechizos escritos en los archivos del departamento de mágia. Y no, no podían acceder porque estos estaban protegidos por un conjuro que estaba escrito en los archivos.
David y Valentina caminaban silenciosos por los pasillos, en dirección a la clase de Biología. Valentina iba en su mundo, pensando en la maldita caja de cristal mágico irrompible. En ese momento, impactó contra algo y cayó de espaldas, lanzando por los aires los libros y el archivador.
Ella levantó de vista, y muy enfafa, buscó con la mirada a quién la había hecho caer. Ante ella se encontraba, también tirado en el suelo, un chico al que no reconoció. Tenía la melena rubia, y unos enormes ojos verdes. Sus pestañas eran de esas por las que las chicas morirían y los chicos apenas les daban importancia. Su cara era angulosa y tenía un piercing en la oreja. Su piel estaba bronceada y sus bíceps, bien trabajados.
Valentina le miró con odio. David la ayudó a levantarse. Recogieron sus libros y lanzó una nueva mirada a Mario, fulminándolo.

P.d.v de Mario:

Chocó contra una chica. Cayó de culo y su mochila Quiksilver cayó al suelo. Levantó la vista. Era una chica alta y delgada. Su piel era blanca, excesivamente pálida. Tanto lo era que la piel del brazo dejaba entrever algunas venas azules. Sus ojos eran grises, y a Mario le chocó ver tanto brillo y odio en ellos. Su pelo negro caía como una cascada por la espalda.
A su lado había otro chico. Era muy alto, puede que unos centímetros más alto que él. Tenía una corta melena negra, muy negra, como el ébano. Y sus ojos, amenazadores, también eran de ese color azabache tan intenso. Su nariz era recta, y su tez blanca. Sus músculos estaban bien desarrollados. Parecía un modelo de ropa interior.
-¡Mira por donde vas, idiota! -le chilló la chica a Mario.
-L-lo siento -balbuceó el pobre.
Valentina lo miró de reojo, le dedicó una mueca de asco y siguió su camino, hablando con el otro chico. Mario se levantó y cogió su mochila, que había volado unos metros. Cuando caminaba hacia su taquilla, para quitarle el seguro, reparó en que había un libro tirado. Era de Biología, igual que el suyo. Lo abrió para ver el nombre del propietario. "Valentina G.", ponía. Recordó el momento del choque, cuando sintió que su mochila abandonaba sus hombros y a la chica se le caía todo lo que llevaba en las manos. Lo más seguro es que le perteneciese a ella. Valentina. Se encogió de hombros y decidió que lo llevaría a secretaria en el recreo o en el cambio de clase.

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